Reencuentro.

Volvamos un minuto al recuerdo, reencontremosnos por un instante con nuestra memoria. Volvamos al tiempo en el que nuestras dudas e incertidumbres superaban nuestro intelecto, y nuestra fuente de información más confiable era la palabra de nuestros viejos. Volvamos a esas tardes de inocencia donde el más lento perdía la carrera hasta la esquina, donde el más audaz era el que mejor se escondía, donde el más sabio era el que tenia un hermano o primo mayor que había hecho tal o cual cosa. Volvamos a ese momento, donde la tragedia más grande era la de perder tu figurita o bolita preferida. Volvamos a esos encuentro de familia, donde siempre estaba el tio de las copitas de más y ese olorcito ahogar que se impregnaba en el momento. Volvamos al primer amor, a esas cartitas escritas a mano que se pasaban de banco en banco en tal clase. Volvamos a esos 15 minutos de recreo que se pasaban tan rapido, y hoy tanto sufrimos en su misma proporción detrás un escritorio o lo que fuese. Recordemos por un momento a todos los que ahi en tu mente aún están y hoy por hoy no tenes la posibilidad de darles un abrazo, ese abrazo que tal vez tantos nos quedamos con ganas de dar. Volvamos a esa sonrisa de navidad, a ese cantito tanto ridículo a la parejita del curso, a los asaltos y la logística que armábamos para que nos toque con quien nos gustaba en la botellita. Volvamos, recordemos, seamos. Muchas veces escuché de mi mismo decir, no se puede vivir del recuerdo, pero que lindo es recordar.